Meditaciones en movimiento para Casa Agora y sus habitantes, pasados y a venir.
Tiena Xu, Teseguite avril 2024
Gerade verpasste ich den starken Regen,
Meditaciones en movimiento para Casa Agora y sus habitantes, pasados y a venir.
Tiena Xu, Teseguite avril 2024
En el restaurante Schöngrün, Monument im Fruchtland, Berna estuvimos encontrandonos para celebración ritual de despedida, estar juntos pensando en nuestra hija, hermana, cuñada, tía, prima, sobrina, amiga, maestra terapeuta y artista Conejera de honor, Catherine Germanier (1960-2023)
Con:
Susanne Loosli https://www.begleitart.ch , moderación
Bächli Terzett
Araxi Karnusian https://araxikarnusian.ch clarinete,
Christoph Rechsteiner https://www.atelierlorraine.ch/de/index.php violín,
& Regula Gerber https://www.klangkeller-bern.ch contrabajo
toca trios de J.S. Bach
Patrick Germanier lee propios recuerdos
Joelle Valterio http://unwrapthepresent.blogspot.com , recita poemas de S. Corinna Bille
Regula https://regulasing.com/ con todos, meditación sonora improvisada
Concepto, decoración floral: Simone y Patrick
Das ist der Sinn von allem,
was einst war,
dass es nicht bleibt,
mit seiner ganzen Schwere,
dass es zu unserem Wesen
wiederkehre, in uns verwoben,
tief und wunderbar.
Vergangenheiten sind
dir eingepflanzt,
um sich aus dir,
wie Gärten zu erheben.
R.M. Rilke
*poema seleccionado por Catherine
Recording bits of history, poetry and shapes of reality into various acts
Este cuerpo aquí, en la casa y el paisaje construido, que puede habitar y compartir, y la historia de su creación, trasciende aspectos de la vida y la obra de arte, con la percepción desde el exterior haciéndolo tangible.
Grabando fragmentos de historia, poesía y formas de realidad en varios actos
with Bruno Atkinson, Emily Reed, Guaya Milán, Onofre Montenegro, Patrick Germanier, Emeline Beroud
and Salvador Hernández López, Laura Rivero González, Blanca Martín Secades, Katya Croddy, Katie Friedli Walton, Lucrecia Reisova, Jigyasa Anand, René Germanier, Simone Rüssli, Mencey Peña, El Pato Martin, Al & others
‘In dreaming, / The clouds methought would open, and show riches / Ready to drop upon me; that, when I waked, / I cried to dream again.’
Caliban, The Tempest
Simone Rüssli bewegt sich mit den Mitteln des künstlerischen Ausdrucks durch die Herausforderungen unseres zeitgenössischen Lebens, um als Medium die wahrgenommenen Fragestellungen zu transformieren. Dabei geht es ihr darum, ihre Interaktionen in diesen Lebensfluss zurückzuspeisen, d.h. als Beiträge zur gesellschaftlichen Kommunikation verfügbar zu machen. Die Sorgfalt des Umgangs mit der eigenen Handlung und deren Auswirkungen in einem sozioökologischen Sinne sind dabei zentral. Deshalb ist auch der Übergang von der kleinsten alltäglichen Geste bis hin zum breiten offenen Denken fliessend. Die Auseinandersetzung mit der Spur, dem Erzeugen von Produkt und Abfall innerhalb einer Konsumkultur ist ebenso wichtig wie die Schaffung und Pflege einer eigenen Bildwelt. Aus dieser erst eigenen Welt ist es möglich, skizzenhaft Material, auch als Raum und Zeit, wie Objekt, Video und Performance, zur Verfügung zu stellen, welche Weiterführungen von Dialog erlauben können. Eine Leichtigkeit der künstlerischen Manifestationen ist logische Folge dieser Haltung und führt die Suche nach gegenwärtiger Transzendenz fort.
With the means of artistic expression, Simone moves through the challenges of our contemporary life as a medium, in order to transform the perceived questions. Her aim is to feed her interactions back into this flow of life. That means to make them available as contributions to further perception. There, the care taken in dealing with one's own actions and their effects in a socio-ecological sense are central. That is why the transition from the smallest everyday gesture to a broad thinking is fluid. Dealing with the trace, the creation of product and waste within a consumer culture is just as important as creating and maintaining an imagery of her own. From this first own world it is possible to provide sketchy material, also in the form of space and time, which can allow the continuation of dialogue. The lightness of artistic manifestations are the logical consequences of this attitude and continue the search for contemporary transcendence.
Patrick Germanier 2022
Intervención en el trato de constantes de la observación cotidiana en condiciones atmosféricas cambiantes, proyección, memoria y (auto-)comunicación visual
Entre diciembre de 2021 y febrero de 2022, realizamos este evento al aire libre varias veces para público invitado.
Moderación: Simone Rüssli
Grabación audiovisual: Bruno Atkinson
Concepto y performance: Patrick Germanier
Cada obra construye su propio tiempo en relación directa con su espacio y, por lo tanto, con otros tiempos; pero solo puede tener éxito en esa labor al tener en cuenta por adelantado las condiciones espacio-temporales caracteristicas -la dialectica de la atención y la distracción- de su recepción predominante. En un sentido profundo, la obra de arte siempre es «contextual», e incorpora necesariamente parte del sentido proyectado por sus condiciones de recepción en el interior de la lógica de su propia producción.
Es por medio de las articulaciones espaciales de las relaciones temporales como el tiempo llega a socializarse. La dialéctica temporal de la recepción distraída, en cuyo interior intervienen el cine de artista y el video-arte, es una dialéctica socio-espacial además de psicológica.
Peter Osborne, Distracted reception: time, art, and technology. 2004
In 2021, we finished the editing work on this extra issue for Cuadernos Artisticos Al-Harafish, ediciones limitadas.
Though started before, the handling of main assemblage during the COVID-19 pandemic is reflected in various inherent themes and situations of its outcomes.
With our previously realized numbers #32 Terra Nullius and #33 Paso por la Isla, Outside the Black Hole completes a personal trilogy. See an overview here.
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Creo que una de las preguntas que nos tocan profundamente es cómo esos otros futuros posibles pueden ser vislumbrados en el presente, y de qué maneras la práctica artística puede permitirnos crear, aunque sea temporalmente, el tipo de comunidades a las que queremos pertenecer. Comunidades en las que el tiempo no equivale al dinero y las cosas no se hacen por motivos claros. Donde hay duda e inseguridad, pero también confianza y libertad. Donde hay prueba, ensayo y error, soledad, amistad y amor. Donde se aprende de los sentidos, del aire, el agua y las plantas. Donde de escucha al cuerpo, se sigue a los animales, se admira a las piedras. En ellas se aprecia el cariño puesto en cada gesto, cada trazo, cada palabra, pero también las pausas y las diferencias. Pueden ser un destello de algo en potencia o algo tangible que aparece y perdura. Tomen la forme que tomen, nos confirman una y otra vez que es en colectividad que logramos concretar las tareas más arduas, celebrar de formas inolvidables, cuestionar de manera potente, sanar más profundamente.
Esta pandemia nos hace reflexionar sobre qué implica ser y hacer comunidad en la actualidad, nos hace tomar consciencia sobre nuestras elecciones al formar un hogar, vincularnos con un territorio, emprender o mantener un proyecto. Nos hace preguntarnos a quién queremos cuidar y quién queremos que nos cuide, pero, sobre todo: ¿cómo llegar y estar cerca a quienes nos importan, a la distancia?
Mientras mucha gente se volvía experta en ordenar productos vía online para sobrellevar los encierros e incertidumbres, yo recibí una caja verde con un sello de dos siluetas acercándose. Desde la isla de Lanzarote alguien me mandó un abrazo disfrazado de arte.
Mientras me pregunto qué arte tiene sentido hacer hoy, y si tenemos el coraje y la humildad suficiente para entregarnos a ello, la caja me mira comprensiva desde el estante. Me recuerda que no hay apuro ni motivos para la angustia. Si la abro puedo perderme en ella, mirar fotos de mares lejanos, tocar la suave lana marrón, sopesar una pieza de arcilla, confundirme nuevamente entre los pliegues del papel que envuelve cada tesoro.
Tesoros sobre islas, enviados desde una isla, en tiempos de aislamiento. Tesoros dentro de una caja que nos da pistas sobre infinitas maneras de crear conexiones. Y que nos anima a imaginar cómo hacer de cada gesto artístico hoy, un abrazo para quien pueda necesitarlo.
Gracias de nuevo, y ¡hasta la próxima!
e.
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I think one of the questions that deeply impacts us is how these other possible futures can be glimpsed in the present and how artistic practice can allow us to create, even temporarily, the types of communities to which we like to belong. Communities where time is not money and things are not done for clear reasons. Where there are doubt and uncertainty, but also trust and freedom. Where there is test, trial and error, solitude, friendship and love. Where you learn from the senses, from air, water and plants. Where you listen to your body, follow the animals, admire the stones. In them you can appreciate the love that exists in each gesture, in each stroke, in each word, but also the pauses and differences. They can be a flash of something potential or something tangible that appears and lasts. Whatever form they may take, they confirm to us time and time again that it is collectively that we manage to accomplish the most arduous tasks, celebrate in unforgettable ways, question powerfully, and heal more deeply.
This pandemic makes us reflect on what it means to be and make a community today, it makes us aware of our choices when forming a home, connecting with a territory, undertaking or maintaining a project. It makes us wonder who we want to take care of and who we want to take care of us, but, above all: how to reach and be close to those we care about, from a distance?
While many people became experts at ordering products online to cope with the lockdowns and uncertainties, I received a green box with a stamp of two silhouettes approaching each other. From the island of Lanzarote someone sent me a hug disguised as art.
While I wonder what art makes sense making today, and if we have enough courage and humility to give ourselves to it, the box looks at me sympathetically from the shelf. It reminds me that there is no rush and no reason for anxiety. If I open it I can get lost in it, look at photos of distant seas, touch the soft brown wool, weigh a piece of clay, get confused again among the folds of the paper that wraps each treasure.
Treasures about islands, sent from an island, in times of isolation. Treasures inside a box that gives us clues to infinite ways to create connections. And it encourages us to imagine how to make each artistic gesture today a hug for those who may need it.
Thanks again, and until next time!
e.
Eliana Otta, 2021